La peste negra

La peste negra, la peste bubónica o la muerte negra. Se la definió de múltiples maneras, y es sin duda la enfermedad más conocida de la historia. Está causada por una variante de la bacteria Yersinia Pestis y su fama le viene por ser la primera pandemia de semejantes proporciones documentada históricamente.

Aunque la enfermedad ha aparecido en muchos momentos de la historia, fue en la edad media cuando supuso un verdadero azote para la humanidad.

En total murieron alrededor de 100 millones de personas, afectando por igual a pobres y ricos, lo cual contribuyó a su trascendencia histórica.

Por lo que se sabe, se originó en el desierto del Gobi, alrededor de 1320, y asoló a la población durante los siguientes 40 años, extendiéndose por Asia, Europa y el norte de África. 

Tuvo una mortalidad que en muchos países superó el 50% de la población. Los datos son muy variables según la fuente, pero por ejemplo, en Europa, se estima que los 80 millones de habitantes de la época quedaron reducidos a 30, lo que supone la desaparición de más de la mitad de la población.

Las ratas y sus pulgas portaban la enfermedad, y al morir las ratas las pulgas buscaban nuevos huéspedes y es cuando la transmitían a los humanos.

El abundante comercio de la época contribuyó a su diseminación, llegando en barco a los principales focos comerciales, y la cantidad de ratas de aquellos años, tanto en ciudades como en zonas rurales, se encargaron de su dispersión por diferentes países.

Hay, sin embargo, hipótesis más modernas que atribuyen la transmisión de la peste a piojos y pulgas que vivían en los humanos y en sus ropas, y por tanto se culpa a la falta de higiene de su terrible propagación.

Actualmente, la peste bubónica no está totalmente erradicada, pero es una enfermedad muy conocida y se puede tratar con antibióticos.

En aquellos años, no se supo ni pudo luchar contra ella, y quedará para los anales de la historia como una época de muerte que asoló al mundo. Ha sido nombrada en muchos escritos y representada en muchas pinturas, como en el cuadro de la imagen pintado por Pieter Brueghel llamado El triunfo de la muerte.