Existen muchas versiones para este acertijo y esta es solamente una de ellas.

Perdida en medio del pacífico existe una pequeña isla en la que solamente vive una tribu compuesta por 1.000 nativos. Estos se encuentran totalmente aislados y no pueden salir de la isla bajo ninguna circunstancia.

De los 1.000 habitantes de la isla, 100 tienen lo ojos azules y 900 tienen los ojos marrones.

Están, sin embargo, bajo el efecto de un hechizo que no les permite hablar entre ellos sobre el color de los ojos y, por lo tanto, todos ven el color de los ojos de los demás, pero desconocen el suyo propio. 

Además, en la isla no existe ninguna superficie reflectante en que puedan mirarse para averiguarlo.

Un barco visita la isla cada mañana desde tiempos inmemoriales, y según una profecía, cualquier habitante de la isla que descubra un día de que color tienes sus propios ojos, puede y debe abandonar la isla en el barco del día siguiente. No obstante, si se equivoca, será ejecutado.

Como todos desconocen el color de sus propios ojos, no se recuerda que nunca antes nadie haya conseguido abandonar la Isla.

Un día llega un visitante forastero a la isla acompañando al jefe de la región. 

Tiene prohibido comunicarse con los isleños, sin embargo, cuando están a punto de marcharse, el forastero comenta con el jefe:

¡Que raro ver a alguien con los ojos azules por estas latitudes!

Esto es escuchado por todos los miembros de la tribu. En un principio, el jefe se enfada con el comentario del forastero, pero finalmente piensa que esta información no es relevante ya que todos ellos pueden ver que hay nativos con los ojos azules.

La pregunta es, ¿crees que el comentario del forastero tendrá algún efecto en los isleños?