La policía secreta mantiene bajo vigilancia un local donde sospechan que se desarrollan actividades delictivas, pero por el momento no quieren hacer una redada para no dar la alarma.

Su intención es acceder al local como infiltrados para averiguar que se cuece dentro, pero sin llamar la atención. 

Durante la vigilancia descubren que todos los visitantes deben responder a un santo y seña, sin embargo, éste es diferentes cada vez que llega un nuevo visitante.

Esto complica la cosa, y la policía deduce que debe haber una regla entre lo que dice el portero y la respuesta del visitante. 

Una noche consiguen colocar un micrófono en la entrada del local y graban en santo y seña durante unos días. Con esto intentarán comprender el código de entrada.

Cuando escuchan la grabación resulta que son códigos numéricos, y han conseguido registrar tres entradas:

Pregunta del portero – Respuesta del visitante 

18 – 9

8 – 4

14 – 7

Finalmente parece que no es tan complicado, y la policía ve muy evidente que hay que responder con la mitad del número indicado por el vigilante.

Deciden, por lo tanto, arriesgarse a entrar lo antes posible.

Un agente de incógnito se presenta en el local al día siguiente y llama a la puerta. Inmediatamente oye a alguien que dice: ¡6!  

Siguiendo la regla, el policía responde con seguridad: ¡3!

No ocurre, sin embargo, lo esperado, sino que le niegan la entrada. Además, despiertan las sospechas de los delincuentes y los policías pierden la oportunidad de infiltrarse. 

¿Sabrías decir cuál habría sido la respuesta adecuada y porqué?